Ofrecemos educación sobre inteligencia emocional para aprender a conocerse a uno mismo, aprendemos de las emociones que sentimos y cómo regular nuestras emociones para poder relacionarnos con otros, mejorar nuestro bienestar y ser felices.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son la respuesta a los estímulos que recibimos del entorno, por medio de los sentidos. Se encuentran en la raíz de todo aprendizaje, motivación, y memoria. Son el cimiento de nuestras comunicaciones y vínculos afectivos. Nos permiten dirigir nuestra atención.
Estas se consideran una respuesta compleja, pues cada individuo las experimenta, casi simultáneamente, en tres áreas: la neurofisiológica, la cognitiva y la comportamental. Instintiva o culturalmente, según se trate de emociones básicas o no, la persona interpreta dichas reacciones y se predispone a actuar, de manera específica, para cada tipo de emoción. Frente a dicha predisposición, solo podrá actuar de manera consciente y “voluntaria”, si goza de un nivel adecuado de competencias emocionales que le permita escoger una respuesta, evitando reaccionar de manera automática.
La importancia de la educación emocional
El desarrollo de competencias emocionales es fundamental para desenvolvernos en las sociedades complejas en las que vivimos actualmente. Conocemos mejor que nunca nuestras necesidades como seres humanos y los ejes sobre los que se construye nuestro bienestar. Sin embargo, nos enfrentamos, con un cuerpo que ha evolucionado lentamente, ante una sociedad tecnológica que nos interconecta y aísla a la vez; ante una permanente exposición a estímulos e informaciones indiscriminados, que diluyen nuestra atención; ante la necesidad de vínculos afectivos sólidos en medio de redes sociales ambiguas y ante hábitos de vida (sueño, alimentación, etc.) que nos alejan de la satisfacción de nuestras necesidades básicas más esenciales.
Es indispensable la adquisición de conocimientos y el desarrollo de las capacidades, habilidades, conductas y actitudes necesarios para comprender y regular, nuestros actos, de manera consciente. Solo por medio del desarrollo de competencias emocionales adecuadas, entenderemos cuáles emociones vivimos, cómo operan en nuestro sistema nervioso, y cómo gestionarlas en la construcción de nuestro bienestar personal y social.
La neurociencia y los conocimientos difundidos acerca de la neuroplasticidad, confirman que las reacciones, emociones y actitudes vividas diariamente modelan el cerebro y la manifestación de los genes. Hoy más que nunca tenemos certeza de que el bienestar se construye con la sumatoria de todas y cada una de las experiencias de vida; que la cotidianidad permite cambios palpables a corto y largo plazo; y que al hablar de bienestar nos referimos a una habilidad que podemos adquirir, mediante aprendizaje y hábitos apropiados.
Las bondades del aprendizaje emocional
- El aprendizaje emocional nos permite entender que todas y cada una de las emociones que sentimos, sean agradables o no, nos muestran información importante acerca de nuestro mundo interior con respecto al entorno en el que nos desenvolvemos. Entenderlas nos permite interpretar esa información de manera que podamos definir mejor, el rumbo de nuestras vidas.
- Nos permite desarrollar un amplio espectro de emociones, ofreciéndonos opciones para responder ante distintas situaciones. Tener una amplia “paleta de emociones” nos permite diseñar nuestras reacciones en un marco amplio de posibilidades.
- Las reacciones que tenemos ante las circunstancias de la vida no están determinadas por dichas circunstancias, están determinadas por nuestras propias reacciones. La educación emocional nos nos enseña a gestionar las emociones y modelar nuestras relaciones con los demás, en cada decisión de vida; evita que caigamos en la trampa de reprimir emociones, haciéndonos daño de manera inconsciente.
- Las relaciones interpersonales son esenciales en la búsqueda de la felicidad. Para desarrollar relaciones sociales satisfactorias, la educación emocional nos enseña una serie de herramientas básicas como: la escucha, la empatía, la verbalización, la comunicación, la asertividad, etc.
- El aprendizaje emocional nos acerca al autoconocimiento y la aceptación de nosotros mismos, elementos indispensables para alcanzar una autonomía emocional adecuada.